La muerte no es nada en absoluto. Tan solo me he deslizado a la habitación de al lado. Yo soy yo, y tu eres tu.
Llámame por mi nombre familiar, háblame de esa forma tan especial en la que siempre me hablastes. No cambies el tono ni adoptes aire de solemnidad, ni de pena.
Ríete com siempre nos reimos de los pequeños chistes que disfrutabamos juntas. Juega, sonrie, piensa en mi.
Deja que ni nombre sea siempre esa piedra angular que siempre fué, permite que sea nombrado sin esfuerzo, sin traza alguna de sombra que lo oscurezca.
La vida tiene el mismo valor que siempre tuvo. Es igual que como siempre fué; una continuidad irrompible.
¿Acaso deberia yo estar fuera de tus pensamientos por estar fuera de tu vista?
Te estoy esperando, esto es sólo un intervalo, te espero muy cerca de ti, a la vuelta de la esquina.
Todo va bien.
Henry Scott Holland